Hasta llegar a tomar un buen plato de paella en un día de fiesta, como puede ser un domingo u otro festivo señalado, se debe de pasar sobre todo un ritual que pasa por saber, entre otras cosas lo siguiente:

' ¿De qué se va a hacer la paella?
' ¿Quién va a comprar los ingredientes? Si no disponemos de ellos.
' ¿Quién la va a preparar?
' ¿Cómo la va a preparar?

Planteadas las anteriores cuestiones nos podremos encontrar con que la respuesta a la primera y segunda pregunta puede ser muy variada.

Mientras que la respuesta a la tercera pregunta es obvia, es el hombre quien en algunos casos, no sólo la prepara, sino que busca los ingredientes y los dispone al efecto.

Eso sí, la preparación es algo muy particular de cada uno de ellos, entre los que me incluyo, y tema sobre el cual podríamos estar hablando días y días, sin llegar a una clara y definitiva conclusión. ¿Por qué a ver quién tiene la osadía de discutirle a un hombre con un delantal y una rasera delante de una paella su manera de preparar la paella? Cosa que no le aconsejo a nadie, y que algunos como el Sr. Santos Ruiz, gerente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Arroz de Valencia achacan al carácter machista de la preparación de la paella, quien dice que 'El hombre que es machista no deja que la mujer le quite el protagonismo de la fiesta', cosa con la que no estoy totalmente de acuerdo.

Pero lo que si que es cierto que al carácter ritual que tiene la preparación de la paella se une el carácter ceremonioso que la envuelve, y que según el mismo Sr. Santos Ruiz, 'La paella gusta mucho porque es un plato folclórico y vistoso como pocos, que además, se cocina en un recipiente muy exótico'. Ceremonial que no termina hasta que el arroz esta servido en los platos por una mujer que conoce los gustos de sus hijos y demás familiares, que en algunos casos reclaman el mismo trozo de ingrediente, sin que sea posible su reparto, sino se recurre a un reparto salomónico del mismo.

Sentados ya en la mesa, y a nada que probemos la primera cucharada de nuestra paella y la comparemos con los arroces europeos o asiáticos, nos encontraremos con que el arroz en nuestra paella es el hilo conductor de los diferentes sabores proporcionados por los ingredientes con los que se elabora, mientras que en los otros arroces europeos y/o asiáticos, estos hacen la misión de un plato más de guarnición, sin tener entidad propia por si solos.

Dicho todo lo anterior, sólo me resta decirle buen provecho, antes de que 'el arroz se pase', y me pida usted explicaciones de este hecho, que se las daré otro día con mucho gusto.

Paco García.
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