1. Lavamos las patatas antes de pelarlas, para una vez desprovistas de su piel cortarlas en rodajas muy finas, reservándolas a continuación.
2. Eliminamos las hojas externas y las cabelleras o raíces de las cebollas tiernas, para lavarlas, escurrirlas y cortarlas finamente, reservándolas a continuación.
3. Mientras preparamos las cebollas tiernas, podremos poner a calentar una sartén a la que le echamos un puñadito de sal para evitar que luego se peguen las patatas y las cebollas. Vertiendo en esta sartén el aceite de oliva para que se vaya calentando.
4. Incorporamos las patatas cortadas a la sartén y las tapamos, dejándolas cocer a fuego medio, cuidando de que no se peguen o arrebaten, cuando estén doraditas las patatas; las retiramos del fuego, eso sí, evitando que el aceite vaya con ellas, para ello escurrimos las patatas una vez fritas con la ayuda de un colador u utensilio similar. Reservándolas a continuación.
5. Una vez recogido ese aceite que excedía en las patatas lo introducimos de nuevo en la sartén y a fuego medio, incorporamos las cebollas tiernas cortadas que también taparemos con una tapadera de sartenes, para que se vayan cociendo, dándoles algunas vueltas con una espumadera que, impidan que se peguen o no cuezan del todo bien.
6. Mientras cuecen las cebollas, batimos en un bol grande los seis huevos con una pizca de sal y la ayuda de unas varillas o de un tenedor, dejándolos batidos en ese mismo recipiente.
7. Cocidas las cebollas las retiramos de la sartén procurando que con ellas no vaya el aceite sobrante de la cocción que reservamos para otras cocciones posteriores.
8. Dejamos la sartén al mínimo de fuego, mientras en el bol que contiene los huevos batidos, mezclamos bien estos con las cebollas tiernas y las patatas con el mínimo de aceite posible que puedan llevar.
9. Echamos la mezcla de ese bol en la sartén que tendrá que estar caliente, para que vaya cuajando primero por un lado, y una vez conseguido por ese lado darle la vuelta con cuidado de que no se rompa con la ayuda de la tapadera o de un utensilio similar, y así cuaje nuestra tortilla por el otro lado.
10. Cuajada la tortilla por ambos lados, apagamos el fuego y ponemos encima de la sartén una fuente redonda o plato llano lo suficientemente grande que permita recoger toda la tortilla de una vez cuando le demos la vuelta a la sartén.
11. Servimos la tortilla en esa fuente o plato llano, limpiando los bordes del mismo, si estos estuviesen manchados.
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