1. Pondremos abundante agua a calentar, buscando su ebullición.
2. Colocaremos un perol metálico a calentar con el aceite y los ajos pelados previamente.
3. Pelaremos, cortaremos finamente, lavaremos y escurriremos la cebolla, antes de ponerla en el perol con el aceite para que se poche.
4. Mientras doramos los ajos y la cebolla, colocaremos la harina en un recipiente con el agua caliente y la sal, ayudados por unas varillas evitaremos que salgan grumos, para tratar de quede todo como una papilla.
5. Llevaremos el preparado anterior al fuego. Con la ayuda de una cuchara o espátula de madera, trataremos de que se vayan formando migas ligeramente sueltas y doradas. Este proceso nos llevará unos 45 minutos, en los que no tendremos que dejar de remover la masa de harina, agua, cebolla y ajos; sin parar, para evitar que se peguen. Cortando pequeños trozos de esa masa, que rectificaremos de sal, antes de retirarlas del fuego.
6. Cuando sirvamos estas gachamigas las podremos acompañar con los granos de una granada, uva moscatel, higos chumbos, higos secos, melón, ensalada, olivas partidas, sardinas 'de bota' fritas …., y sobre todo con un buen vino tinto.

Esta es una receta más de las gachamigas, posiblemente la más pobre de todas, que tanto hambre saciaron en nuestra historia de España.

Esta receta fue facilitada por Concepción Rastoll y María Jesús Albaladejo.