1.Comenzaremos por eliminar tanto las raíces, los tallos como las pieles secas y las siguientes de cada una de las cebollas.

2.Las enjuagaremos bien bajo un grifo de agua.

3.Las pondremos en un recipiente a macerar, al menos, durante cuatro horas, con la suficiente salmuera que las cubra totalmente.

4.Transcurrido el tiempo antes indicado, procederemos a enjuagarlas de nuevo bajo un grifo de agua, para colocarlas sin restos de salmuera en un nuevo recipiente o vasija, en el que habremos colocado las dos zanahorias en su fondo, para que le den ese color característico de este tipo de cebollas (1), y donde poder cubrirlas completamente con vinagre de vino tinto, durante al menos un par de días, antes de poder consumirlas.

Dado que si utilizamos unas zanahorias para darles color a las cebollas, estamos ante un proceso bastante lento, no está de más que recurramos a alguno de los múltiples colorantes alimentarios naturales que existen en el mercado.