Se podrán discutir distancias conceptuales con Nandu Jubany, pero nunca su efectividad práctica. Se podrá exigir un mayor compromiso con formulas imaginativas, con sabores novedosos, con una coquinaria artística, por supuesto que sí, pero también es verdad que jamás se podrá cuestionar que el placer que recibe el comensal en este restaurante es, como en muy pocos, excepcional. Conociendo al personaje, mirando el paisaje, uno comprende que la palabra que aquí se impone y destaca es autenticidad.
Culinaria de producto, local en muchos casos, siempre extraordinaria. Culinaria con un profundo sentimiento catalán, fiel a los sabores tradicionales, que se veneran mientras se actualizan. Culinaria sólida con sabiduría teórica y práctica. Culinaria suculenta y copiosa. En fin, una culinaria de verdad, con valores tan prosaicos como incontrovertibles. ¡Qué bien se papea en Can Jubany!