1. Desalaremos el bacalao previamente, con abundante agua, por espacio de unas 24 horas, cambiándole el agua cada 8 horas, para finalmente escurrirlo bien, y secarlo con papel de cocina, antes de cocinarlo.
2. Pelaremos y lavaremos las cebollas tiernas y los puerros antes de picarlos finamente, reservándolos por separado.
3. Cortaremos en finas láminas los ajos, resevándolos.
4. Lavaremos y picaremos finamente el perejil fresco, reservándolo.
5. Lavaremos los tomates y les quitaremos la piel, antes de triturarlos y reservarlos.
6. Dispondremos el resto de ingredientes sobre la mesa de cocina o superficie al efecto, para tenerlos todos a mano.
7. Pondremos una sartén al fuego con el aceite.
8. Enharinaremos los trozos de bacalao desalados y escurridos, de una tamaño similar. Los freiremos hasta que se doren, para luego reservarlos en una fuente.
9. Sofreiremos la cebollas y los puerros en ese mismo aceite. Cuando comiencen a cambiar de color, le agregaremos los ajos y el perejil.
10. Salpimentaremos a nuestro gusto esa cocción, añadiéndole el tomate triturado con una pizca de azúcar, removiéndolo todo y dejando que se cueza a fuego lento por espacio de unos 20 minutos, evitando que se quemen los ingredientes que tenemos al fuego.
11. Dispondremos el vino blanco en un cazo al fuego, al que le agregaremos los piñones, las ciruelas y las pasas para dejarlos que cuezan por espacio de unos 10 minutos, antes de incorporarlos a la sartén o cazuela donde están el resto de ingredientes cociéndose.
12. Añadiremos a esa cocción los trozos del bacalao que habíamos reservado, taparemos y dejaremos que cueza por espacio de unos 20 minutos más, antes de retirar y servir a nuestros comensales en un plato llano.